TURISMO
En el litoral ecuatoriano se encuentran cinco
(Esmeraldas, Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro) de las 22 provincias del país.
De norte a sur presenta hermosas playas que ofrecen descanso y diversión, y
cuentan con una importante infraestructura hotelera. Esta región se caracteriza
por un clima cálido y seco al sur, y tropical húmedo al norte. Varios Parques
Nacionales son los que forman parte de esta región, entre los cuales destacamos
el Parque Nacional Machalilla y Manglares-Churute, los cuales ofrecen la
posibilidad de realizar ecoturismo. En Guayaquil, el puerto principal, se
encuentra el aeropuerto internacional José Joaquin Olmedo.La llamada Costa Azul
ecuatoriana ofrece hermosos balnearios con extraordinarias playas, límpidas
arenas y brillante sol, que permiten al turista gozar de un clima agradable, de
deportes acuáticos, de incomparable pesca y de toda clase de entretenimientos
en confortables hoteles.Los balnearios del Ecuador brindan todas las
comodidades de vivienda y turismo. Salinas, Ayangue, Puerto López, Súa, Manta,
Bahía de Caráquez, Esmeraldas, Playas, entre otros, son de gran
seguridad.Continuando con ahora si con los atractivos de esta región del
Ecuador, empezaremos por ir nombrando los atractivos turisticos de cada una de
las provincias, empezando en orden descendente, es decir, desde Esmeraldas, la
provincia verde del Ecuador, hasta El Oro.
FLORA
La vegetación varia
notablemente y se observan asociaciones que van desde las sabanas xerófilas
hasta la selva pluvial. A este panorama general, que corresponde a las
variaciones ya observadas desde algunos parajes semidesérticos de la Costa
hasta el ambiente ecuatorial húmedo del Oriente, se deben añadir los contrastes
derivados de las diversas alturas del terreno, sobre todo en la Sierra, hasta
llegar a los "pajonales" de los páramos y a la ausencia de vegetación
en las cimas.En el sector septentrional de la Costa -Esmeraldas y el norte de
Manabí- las copiosas lluvias favorecen el desarrollo de frondosas selvas
tropicales, dentro de las cuales se aprecian árboles de maderas finas, árboles
de caucho, ceibos (lana vegetal), tagua (marfil vegetal), banano, fibras como
las de abacá y toquilla, utilizada esta última para elaborar sombreros que
reciben buena acogida en los mercados exteriores. Las planicies de la cuenca
del Guayas son aún más fértiles por estar expuestas a inundaciones y se
explotan para pastos, que sostienen una apreciable riqueza ganadera, y para
cultivos de arroz -elemento básico de la alimentación-, de algodón, cacao,
banano, etc. Avanzando en dirección meridional y también hacia la península de
Santa Elena, la escasez de las lluvias es causa de que sobre los relieves más
acentuados sólo se aprecien bosques de hoja caduca, entre los cuales hay
sabanas de yerbas durísimas. Sin embargo, el riego artificial y el uso de otros
medios, ha tornado factible que en la provincia de El Oro, con la que se cierra
por el sur la Costa, surjan enormes plantaciones de banano, fruta que en su
mayor parte se destina a la exportación.Los bosques cubren los flancos de la
cordillera, hasta los 2.000 m de altitud aproximadamente. Después se encuentran
los niveles que corresponden a las "hoyas" interiores templadas, que
se muestran aptas para la subsistencia de ganado productor de leche y para
cultivo de maíz, algunos frutales, trigo, patata, sí bien toda la región acusa
los graves estragos de la erosión. Más arriba se llega a los páramos cubiertos
de yerbas y matorrales, a los que luego sustituyen los "pajonales",
gramíneas conocidas localmente bajo el nombre de "paja" , que ofrecen
alimento para el ganado.
FAUNA
La costa ejerce una atracción casi mágica en la
agobiada gente de ciudad de nuestro tiempo. Hay distintas profundidades del
agua, cuyo nivel cambia siguiendo el ritmo de las mareas, y en las
desembocaduras de los grandes ríos se producen transiciones oscilantes entre
agua salada del mar y la dulce de las aguas procedentes de tierra adentro.
Donde hay mucha y rica vegetación abundan también las especies zoológicas. En
cambio, las playas arenosas recuerdan al desierto en su aspecto biológico. Y
sin embargo, quien pasea por una playa encuentra también vida y huellas de vida
a cada paso: las plantas pioneras de las dunas contiguas, algas, cáscaras de
moluscos y otros organismos del mar o restos suyos en la franja donde mueren
las olas y muchas aves alrededor de esa bonanza. Por ese motivo aparecen
plantas y animales en un solo volumen, una excepción dentro de esta serie de
guías de naturaleza.
Esta magnífica colección, todo un clásico en el
ámbito del trabajo de campo, ha sido especialmente concebida para satisfacer el
creciente interés que experimenta nuestra sociedad por el conocimiento de la
naturaleza. En ella se hallan de manera exhaustiva todos aquellos temas
vinculados con el entorno de prácticamente cualquier especie vegetal o animal.
Las Guías de Naturaleza Blume constituyen una fuente de información
sorprendente y están totalmente ilustradas con bellas fotografías tomadas
directamente sobre el terreno de investigación. Minuciosas descripciones,
detalles interesantes sobre costumbres, determinación del hábitat, incidencias
en el entorno y datos generales de interés científico convierten a estas guías
en rigurosos trabajos de campo.
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